jueves, 20 de octubre de 2011

Boina, capucha, hacha y serpiente

Esta amalgama de ancestralidad y anonimato, de amenaza y discurso vacío, o lleno de naderías, de sangrientos absurdos, de asesinas exigencias, constituye la parafernalia de la banda terrorista ETA, cuya aspiración es la soberanía nacional de unas provincias españolas que se unirían a otras francesas e implantar en ellas un obsoleto socialismo. "Oportunidad", llama ETA, a este momento en que anuncia el cese de su actividad armada, sin entregar las armas. Miles de víctimas, cientos de familias destrozadas, extorsiones y secuestros, mujeres y niños, guardias y concejales, militares y jueces, obreros y empresarios, profesores y alumnos, vascos y no vascos, el coronel Heredero (yo escuché la bomba) y el capitán Aliste (papá había pasado poco antes por allí). Es su reguero de muerte, su campaña electoral y su minuto de repugnante gloria. Que monten sus mesas de diálogo entre ellos, entre rejas, lejos de casa, como lejos marcharon los que sufrieron persecución en su propia tierra, la que este atajo de pistoleros dice defender con sus boinas, sus capuchas, sus hachas y sus serpientes. Firmeza demanda este instante de la historia, intensidad policial y altura de miras. Tiene que haber vencedores, España y la libertad, y vencidos, la ETA y los que la jalean.

1 comentario:

  1. Anónimo10.12.11

    Otro tonto: "tiene que haber vencedores y vencidos...". Menudo payaso estás hecho amigo.

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